Rock Water / Agua de Roca:
Palabras claves: Represión de las inclinaciones naturales; abnegación; autosacrificio.
Resulta interesante especular por qué el doctor Bach eligió el agua como uno de los treinta y ocho remedios, cuando los restantes treinta y siete están hechos con plantas o árboles. Es probable que él reconociera el estado mental de gran inflexibilidad, por decirlo de algún modo, tan duro como la roca, que encuentra alivio con este remedio. Semejante estado mental tiene que necesitar las amables gotas del agua que puede desgastar la piedra más dura. El propio doctor Bach decía que este remedio era para aquellos con opiniones firmes sobre la religión, política o reformas; es para los que se permiten que su mente y vida sean gobernadas por sus amadas teorías. Individuos que integran el tipo Rock Water son severos amos de ellos mismos. Son estrictos en su forma de vida, se han forjado altos ideales de los que no pueden apartarse y se esfuerzan por vivir para ellos. Practican la abnegación y de alguna manera se someten a una suerte de autosacrificio para mantener el modelo de conducta o el estado de salud que les parece correcto o hasta santo. No se trata de dominio de sí mismo porque el verdadero autodominio procede del olvido del ser y no de concentrarse en él. Es una forma de auto-dominación; se gobiernan a sí mismos con mano de hierro. No pueden comprender que prácticas tales como las dietas sean un resultado y no la causa del crecimiento espiritual. El tipo Rock Water es el opuesto del tipo Vine ya que el último procura dominar a otras personas, mientras que la gente Rock Water no interfiere, como regla, en la vida de los demás.
EN realidad, esto ocurre porque están demasiado preocupados con su propia perfección y por establecer un ejemplo perfecto para que todos lo sigan. Respecto de una persona Rock Water se dijo: “Siempre se mantiene muy derecha, se refrena y todo el tiempo intenta ser muy buena e influir en las personas que la rodean con la actitud y el ejemplo”. Otro dijo respecto de sí mismo: “Yo estudio y soy muy estricto en mi régimen. No como carne pero sí mucha fruta. No bebo té o café. Tampoco como pan blanco ni masas. Llevo una vida limpia. No fumo ni bebo alcohol”. Notemos que esta rigidez de enfoque le causó mucho más sufrimiento de lo que le habría infligido un pedazo de pan blanco. Son las personas “cilicio”, los faquires que mortifican la carne, los mártires que se niegan hasta los placeres simples de la vida, no vaya a ser que violen el rígido código que crearon para ellos mismo. Uno escribió:” ¿No cree usted en el consejo de los viejos sabios: ‘Plantarás la malva pero no comerás su fruto’? Esto quiere decir que tendríamos que ser benignos y perdonar a los otros pero a nosotros mismos”. EN respuesta a aquella pregunta, nuestra respuesta es un enfático NO. No podemos vivir sin perdonar y peor aún, sin perdonarnos. Somos hijos del amor y el amor es perdón. Sólo los que aprendieron a perdonarse a sí mismos pueden perdonar la verdad a los demás!.
Los aspectos positivos se ven en las personas que tienen altos ideales pero que cuando se convencen de que hay una verdad más alta o mejor están dispuestos a desechar sus teorías y creencias originales. Esas personas tienen mente flexible. Los otros no influyen en ellos con facilidad porque saben por adelantado que se asomarán a verdades más grandes y profundas. La alegría y la paz que ellos experimentan en la vida estimula a otros para seguir su camino.