Chicory

Chicory / Achicoria
(Cichorium intybus)

Palabras claves:
Carácter dominante; egoísmo; autocompasión.

Por lo general, el deseo de servir y permitir el libre flujo del amor abnegado se desarrolla en muchas personas pero de ninguna manera en todas. En algunos individuos el aspecto del amor está bloqueado en su flujo de salida y vuelve hacia
adentro, hacia el ser. Un individuo así se congestiona, mental y físicamente, en la
medida en que el amor emitido se ha transformado en un mezquino sentido de la
posesión, en una preocupación egoísta. Este es el tipo de la persona Chicory; un
estado mental emocional como ése puede corregirse con Chicory. Una carta escrita
por alguien sujeto a la influencia del tipo Chicory dice: “Ella vive reprochando sin
descanso. Está llena de autocompasión y de la actitud ‘nadie me comprende’. Es
fácil herir sus sentimientos y ella se siente rechazada y sus venenos mentales y
emocionales la vuelven tóxica”. La persona Chicory tiende a volverse
extremadamente posesiva con respecto a los otros. Le gusta tener cerca de
aquellos por los que se preocupa y controlar y dirigir sus vidas (por lo general en su
propio provecho) así como criticar la forma que ellos tienen de hacer las cosas.
Disfruta de un sentimiento de propiedad y del poder que obtiene sobre otros
apelando a la simpatía ajena; habla mucho del “deber”, sobre todo del “deber” al
que es acreedora. Una observación típica de la persona Chicory es: “Piensa en lo
que me preocupo por ti; piensa en lo que he hecho por ti”. Cuando la persona
Chicory no puede salirse con la suya se vuelve inquieta, se martiriza y si es mujer,
comúnmente estalla en lágrimas por la ingratitud que le demuestran. Otro ejemplo
tomado de nuestros archivos “Se vuelve muy irascible cuando no le prestan la
atención que ella considera que le deben. Se entrega en gran forma a la
autocompasión y puede ponerse a llorar cuando no consigue simpatía. Al mismo
tiempo espera que la gente haga todo lo que ella dice”. La persona del tipo Chicory
hasta puede simular o invocar una enfermedad para lograr que amigos y parientes
la atiendan y simpaticen con su desafortunada situación. Eso pasa con tanta
frecuencia que los hijos de padres dominantes sacrifican sus vidas inútilmente por
semejantes tiranos, salvo que tengan la fuerza de carácter para romper con la
relación asfixiante que los constriñe. A menudo renuncian a su carrera o al
matrimonio para estar en casa; con padres así y en ese sentido no cumplen con su
misión en la vida ya que se frustran y no son felices. Las características del tipo
Chicory pueden darse en personas de todas las edades y de los dos sexos. Un
ejemplo de este tipo de chantaje juvenil se advirtió en un niñito al que no le
gustaba ir al colegio. Mientras permanecía en cama y reclamaba atención decía:
“Yo podría mejorar si me quedara en casa”. Otra carta de una madre decía “Mi
hijito, de cinco años, está empezando la escuela y yo siento que no puedo enfrentar
el solitario futuro. Lo extrañaré tanto, la casa estará tan quieta, parece más de lo
que puedo soportar”.
Este es un ejemplo excelente de amor maternal estrictamente egoísta y constituye
el extremo del espectro del egoísmo. No pensaba en que quizá el chico se sintiera
nervioso o excitado en la escuela el primer día; el único pensamiento era que ella
podía sentirse angustiada y sola sin él. Las personas Chicory aparentan que hacen
todo lo posible por la felicidad de los demás. Pero en realidad lo hacen de una
forma que no acarrea paz ni descanso al infortunado destinatario de sus devociones
egoístas pues sólo agotan su vitalidad. Son los vampiros de la humanidad que no se
detienen ante nada para lograr sus egocéntricos fines.
Uno de los aspectos positivos de la persona tipo Chicory se nota en alguien que se
prodiga y se preocupa por los otros sin egoísmo; en alguien que da incesantemente
sin pensar por un momento en que tienen que corresponderle.

Libro rcomendado:

“Flores ede Bach por Phillip M. Chancellor.“